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Literatura poética
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA
La poesía épica 3ª parte
La épica popular y la épica culta (continuación)
nivel europeo, la épica culta tiene excelente representación en obras como la portuguesa del Renacimiento Os Lusíadas (los hijos de Luso), de Luís de Camões, publicada en 1572.
Este poema no refiere un personaje, como en muchas obras del género épico, sino que sugiere claramente al pueblo lusitano. Es conveniente apuntar para comprender este extremo que, según la leyenda, los portugueses o lusitanos, son un pueblo descendiente de Luso, hijo del dios Baco, el cual habría conquistado el territorio que más tarde sería llamado Lusitania (actual Portugal). El nombre que refiere este origen fue adoptado por el humanista y arqueólogo portugués André de Resende, y después empleado por primera vez por Camões en lengua portuguesa.
Otras variadas obras engrosan el aval más digno de este género épico. Destacan: las italianas Orlando furioso (1516), de Ludovico Ariosto, escrito en un dialecto utilizado en Ferrara, el ferrarese, posteriormente traducido al toscano, y que aprovechó para su difusión el reciente invento de la imprenta de Gutenberg; y Jerusalén liberada, la obra más famosa de Torquato Tasso, cuyo tema aborda el asedio de Jerusalén durante la Primera Cruzada, y que manifestaba la preocupación de la Cristiandad ante la amenaza que representaba el Imperio Otomano.
Conquista de Jerusalén en la primera
cruzada;
imagen obtenida de un manuscrito medieval
También es digno de mención la obra alemana Mesíada, de Klopstock, una de las más grandes composiciones épicas nacida de las fuentes nacionales alemanas; o la obra finlandesa Kalevala, de Elías Lönnrot, que entrelaza con maestría la leyenda, la fábula y la balada, donde la realidad y la magia se confunden, y que también constituye una de las más grandes epopeyas europeas.